El charro negro
Se dice que en las carreteras y los
caminos de diferentes pueblos de México
muchos se han encontrado con un charro
vestido de negro que monta un hermoso
caballo negro azabache con los ojos de
fuego; este le ofrece riqueza a los
viajeros a cambio de una cosa: su alma.
Cuenta la leyenda que el charro negro era
un joven que provenía de una familia de
escasos recursos, su avaricia y vanidad
eran tan grandes que incluso no comía
con tal de ahorrar y así poder comprarse
las mejores ropas.
Harto de su situación invocó al diablo
con todas sus fuerzas hasta que lo
consiguió. Hicieron un trato: él obtendría
infinita riqueza dándole a cambio su
alma. Ambos aceptaron.
El charro tuvo todo lo que siempre deseó
hasta que pasó lo que nunca imaginó: se
cansó de ser rico y de que las
personas
solo lo buscaran por interés.
Al recordar
su deuda con el diablo tomó una bolsa de
dinero y huyó montado en su caballo.
El diablo lo descubrió y se cobró la deuda
antes de tiempo, ya que en realidad
esperaría a que el charro muriera para
quedarse con su alma. Como castigo
ante su traición, el diablo condenó al
charro a vagar para buscar a una persona
tan avariciosa como él para que tome su
lugar en el infierno.