Los últimos minutos de Valentín Elizalde: la historia del niño que soñó con cantar y murió por una ráfaga de balas

Los últimos minutos de Valentín Elizalde: la historia del niño que soñó con cantar y murió por una ráfaga de balas
Llegó a ser un ídolo del regional mexicano que pagó la fama con una muerte violenta que impactó a sus millones de fans.

El final de una presentación siempre es un momento lleno de emoción para todo intérprete. Es justo el clímax, cuando sus admiradores, que han ido a ver su acto, se entregan en una lluvia de aplausos. Así fue para Valentín Elizalde pasada la medianoche del sábado 25 de noviembre de 2006. El palenque de la Expo-Feria de Reynosa, en el estado fronterizo de Tamaulipas, estalló en gritos y ovaciones, mientras 'El Gallo de Oro' agradecía de corazón a quienes habían coreado sus temas durante más de dos horas de concierto estelar. Poco imaginaban él y su equipo que estos serían los últimos aplausos que recibirían en vida, y que a la salida, los esperaba una ráfaga de balas que segaría su vida y daría origen a una leyenda.



Sentencia de muerte

A Jaime González Durán, le decían 'el Hummer'. Callado, serio, aunque siempre alerta, era uno de los principales líderes del grupo conocido como ‘Los Zetas'. En 2006, era uno de los hombres más buscados por los gobiernos de México y Estados Unidos.

La noche del 24 de Noviembre, 'El Hummer' estaba en la ExpoFeria de Reynosa, donde su sola presencia imponía respeto e incluso temor: bebía cerveza en un área VIP del palenque, rodeado de colaboradores y algunas bellas mujeres. Le gustaba la música de banda y estaba ahí para disfrutar del espectáculo, cuya atracción principal era precisamente Elizalde, al que había visto en algunas otras ocasiones interpretando su repertorio. Cuando lo vio salir al escenario y se oyeron los primeros acordes de ' A mis enemigos', tema que presuntamente era dedicado de parte d 'El Chapo' Guzmán para sus enemigos del Cartel del Golfo y su exbrazo armado 'Los Zetas', el rostro se le descompuso en un rictus.

La canción había sido utilizada meses antes en un video donde se mostraban imágenes de ejecuciones de supuestos integrantes de 'Los Zetas' y culminaba con dos imágenes retadoras de 'El Chapo', que se decía, era admirador y amigo 'valedor' de Valentín (aunque su familia siempre lo negó). El tema terminaba con la siguiente estrofa:

"Sigan chillando culebras/las quitaré del camino/y a los que en verdad me aprecian/ aquí tienen a un amigo/Ya les canté este corrido/a todos mis enemigos".



Que este tema abriera y cerrara la presentación de 'El Gallo de Oro' enfureció al 'Hummer'. Una cosa era que la cantara de entrada, pero dos veces, ya era "pasarse de lanza". En ese momento, mientras repetía el tema, entre aplausos y gritos apoteósicos, González Durán giró una orden de una sola palabra a sus hombres. Una sola, que consistió en una sentencia de muerte: " Mátenlo".

Lluvia de plomo y sangre

Apenas a unos minutos de haber terminado su show, dejando de lado la cena que habían ordenado antes de subir a cantar al escenario él y su banda Guasaveña, se corrió la voz de que 'el Hummer' se la tenía jurada a Valentín. De inmediato su representante, Mario Mendoza Grajeda, le indicó que se fueran. Mejor irse rápido al aeropuerto: eran casi las dos de la mañana y tenían que irse a Morelia, Michoacán, donde tenían programado alternar con Joan Sebastian por la noche.

"Vámonos", le dijo, y junto con 'Tano' abordaron una Suburban último modelo 2007, recién salida de agencia. Su chofer y guardaespaldas, Raymundo Ballesteros, encendió el motor y salieron a toda velocidad. Fue entonces que Mario le informó a Valentín que había incurrido en la ira del cabecilla local de 'los Zetas' y que por eso se iban. Pronto Raymundo se dio cuenta de que eran seguidos por otras dos camionetas parecidas a la suya; entraron en pánico y buscaron la manera de salir del recinto ferial, que estaba muy concurrido aún a esa hora. Cien metros adelante de la salida les dieron alcance: los dos vehículos se le cerraron al de Elizalde, de estas unidades bajaron tres sujetos que comenzaron a rafaguear la Suburban en formación de abanico, destrozándole el capó, parabrisas y ventanillas.

"Cuando vi el cuerpo baleado de Valentín aún estaba con vida‘,‘ relataría después 'Tano' desde una cama de hospital. Había salvado la vida milagrosamente, pero nunca iba a olvidar lo ocurrido en esos instantes de horror y violencia: " Lo tomé en mis brazos para protegerlo y le decía: ¡Vámonos!, ¡vámonos!, porque casi estoy seguro de que él estaba vivo cuando yo lo agarré’’.

Prosiguió con su escalofriante relato, que lo acompañará en la memoria para toda la vida: ‘‘(Valentín) ya en ningún momento habló, él con su ojo izquierdo abierto me miraba y yo sentía que estaba vivo cuando lo agarré. Cuando pararon los tiros para quererlo sacar fue cuando él se me fue para un lado, ahí fue cuando yo empecé a gritar como loco, a llorar como loco’. Fue ahí que supe que estaba muerto".

Había por lo menos 20 impactos de bala por cada lado de la camioneta. El comando se marchó cuando ya daban por muerto al cantante y cumplido su obejtivo. Llegaron ambulancias y curiosos, pero ya era tarde. Valentín Elizalde había recibido disparos en la cabeza, torso, piernas y brazo. Su muerte había sido instantánea según los forenses y ese fue el único consuelo que le quedó a Camila Valencia cuando le notificaron la desgarradora noticia: había sido tan rápido, que su hijo no sufrió.

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